Cuando nos fijamos una meta, a veces parece inalcanzable. Parece que estamos luchando y simplemente no estamos llegando a ninguna parte. Recuerdo cuando mi hijo aprendió a gatear. Durante los primeros días, hizo un esfuerzo increíble para alcanzar un juguete que tenía frente a él. Pero en lugar de avanzar, se arrastró hacia atrás. Y regañó con sus sonidos de bebé: "¡Adda, adda, nang, nang!" Todavía puedo escucharlo hoy y su desesperación porque sus movimientos lo han catapultado hacia atrás. Estaba furioso porque sus esfuerzos lo alejaron de su objetivo. La homeopatía describe esto como una agravación inicial. Todos sabemos eso también: en lugar de progresar, parece que nos estamos quedando atrás. Al hacerlo, podríamos simplemente reunir y agrupar nuestras fortalezas para los próximos nuevos movimientos, para un salto cuántico en nuestro desarrollo. Después de días llenos de contratiempos, mi hijo encontró el camino a seguir. Podía gatear, luego caminar y, y, y. Y todos hacemos eso también, incluso si no nos damos por vencidos de inmediato debido a contratiempos menores. ¿Conoces también ejemplos de tu vida?